Hace algunos meses tuve oportunidad de dar una conferencia a algunos profesores universitarios y al preguntarles ¿quién quiere ser un líder? todos levantaron la mano, al preguntarles ¿para qué? Algunos pocos dieron una respuesta que iba desde ayudar a la Universidad, hasta otros con planes de influencia en el sector político, nadie me dijo: para ayudar a las personas a tener mas bienestar o ser mas felices. Esto me llevo a pensar en las diferentes ideas que existen sobre lo que es liderazgo y como muchas de ellas son para auto-servirse y manipular a las personas para ayudar a mi visión personal. El problema de este tipo de liderazgo es que las personas al sentirse manipuladas o utilizadas se van.
El liderazgo que verdaderamente perdura es el liderazgo de servicio, el cual quiere influir a los demás hacia un lugar positivo para ellos mismos, un gana-gana entre el líder y sus seguidores (aprovecho a decir que el verdadero líder es el que duplica lideres, no solo seguidores), para poder liderar de esta manera es imprescindible trabajar en un rasgo muy particular: la empatía.
La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando. Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben “leer” a los demás.Son capaces de captar una gran cantidad de información sobre la otra persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz, su postura, su expresión facial, etc. Y en base a esa información, pueden saber lo que está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo. Además, dado que los sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son capaces de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.
Si no tienes muy desarrollada tu habilidad de empatía, no te preocupes se puede aprender, una persona puede aumentar su capacidad observando con más detalle a los demás mientras habla con ellos, prestándoles toda su atención y observando todos los mensajes que esa persona transmite, esforzándose por ponerse en su lugar y “leer” lo que siente. Si mientras hablas con una persona estás más pendiente de tus propias palabras, de lo que dirás después, de lo que hay a tu alrededor o de ciertas preocupaciones en tu mente, tu capacidad para “leer” a la otra persona no será muy alta, pero al hacerte mas consciente podrás comenzar a crecer en esta área.
Vale la pena cultivarnos y trabajar en nuestra empatía si queremos ser mejores lideres, después de todo la regla de oro nos dice: trata a los demás, como te gustaría que te trataran a ti mismo.